Proyecto de senior living en San Sebastián (País Vasco, España)
La revolución que protagoniza el sector del ‘living’ ha definido
una nueva categoría residencial con características propias. Coliving y cohousing
son las dos ‘C’ de esta nueva concepción, que reclama de forma consciente la
posibilidad de compartir espacios confortables y sostenibles, con amplios
servicios y que favorezcan las relaciones interpersonales sin renunciar por
ello a la seguridad del espacio privado.
Grupos unidos por afinidad, edad o necesidades comunes,
trabajadores desplazados desde su lugar de origen, nómadas digitales (nomads),
teletrabajadores o empleados estacionales son, entre otros, los impulsores de
esta nueva categoría que, como otros cambios sociales previos, se ha materializado
en España antes de que las Administraciones Públicas lo hayan asimilado como
realidad jurídico-legislativa.
Con los ejes “vivir para compartir y compartir para vivir”articulamos las soluciones constructivas que responden a esta nueva demanda social.
Estas son las características de la revolución del coliving, el cohousing y el cosenior o senior living:
MIXTURA DE USOS
Como arquitectos, el diseño y construcción eficaz de estos
residenciales ha requerido de un complejo encuentro programático donde
confluyen la vivienda particular, el hotel y la oficina. En función del usuario,
la configuración puede enriquecerse para incluir los cada vez más necesarios
servicios sociosanitarios o los usos comerciales/administrativos básicos,
especialmente en el segmento del senior living.
La mixtura de usos básica conjuga espacios comunes de
trabajo y de ocio con el imprescindible espacio privado de descanso, que varía en
cuanto a tamaño, tipos y complementos en función del tipo de residencial y de
las exigencias del usuario. El dominio de esta triple dimensión y de la
flexibilidad que comporta es la clave para una respuesta exitosa.
FACILIDAD OPERATIVA
La complejidad de estos programas híbridos alcanza a su gestión
diaria. La sencillez operativa y de mantenimiento de un coliving o un cohousing
no radica en el tipo de gestión (pasiva -es decir, subcontratada- o activa, por
parte de los propios residentes), sino en el diseño del mismo.
La accesibilidad de las canalizaciones de suministro (luz,
agua, gas), la resistencia al uso y al desgaste de los electrodomésticos, la
calidad, durabilidad y facilidad de reparación de los elementos de uso
cotidiano (ventanas, puertas, climatizadores, griferías) o la capacidad de dar
una segunda vida a los enseres disponibles (mobiliario, utensilios del hogar,
accesorios) son aspectos que determinan una operativa libre de complicaciones.
SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL
En la cúspide de las prioridades que atraviesan los coliving
y cohousing se encuentra la sostenibilidad, la aproximación al proyecto desde
una perspectiva que satisfaga todas las necesidades con el mínimo impacto
ambiental y el menor consumo de recursos posible.
Las soluciones bioclimáticas, el uso de energías limpias
(solar, termosolar), la recuperación de aguas pluviales, el control digital de
los consumos, el recurso de la geotermia y la aerotermia o los sistemas pasivos
(aislamiento, estanqueidad, recuperación de calor) son imprescindibles para
cumplir las exigencias de unos usuarios altamente preocupados por el impacto de
sus decisiones. Estos sistemas, además, reducen el coste operativo y de
mantenimiento, por lo que repercuten positivamente en el punto anterior.
HOMEOSTASIS Y RENTABILIDAD
En cuanto al impacto socioeconómico, no podemos perder de
vista la posibilidad de que las nuevas formas de habitar repercutan
positivamente en los procesos de homeostasis o reequilibrio urbano en su doble
dimensión económica y ambiental.
Se opte por la nueva construcción o por la rehabilitación,
el nuevo proyecto es un agente dinamizador el entorno por su capacidad de regenerar
inmuebles degradados o en desuso, así como de atraer a nuevos residentes. Como
toda intervención, es una puerta abierta a la sostenibilidad medioambiental,
tanto en el uso de los materiales con certificado de producto como en la
adopción de estrategias pasivas y energías limpias que permitan reducir
drásticamente su consumo energético, objetivo prioritario -estimamos- de todo
proyecto arquitectónico.